Por James B. Wood – 2 de abril de 2021
Una gran pregunta entre los padres y los profesores a medida que se reabren más escuelas es cuándo se vacunará a sus hijos contra el COVID-19. Algunos se han preguntado si la vacuna es incluso necesaria para los niños. Hay noticias al respecto. En un comunicado de prensa el 31 de Marzo de 2021, El fabricante de vacunas Pfizer sugirió que su vacuna es tan eficaz en niños de 12 a 15 años como en adultos jóvenes. Sin embargo, los resultados de los ensayos de la vacuna de Pfizer en adolescentes no se han dado a conocer en su totalidad ni han sido revisados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), y eso llevará varias semanas.
Dr. James Wood, pediatra y profesor adjunto de enfermedades infecciosas pediátricas, explica lo que los médicos saben hoy en día sobre el riesgo que corren los niños de contraer y propagar el coronavirus y cuándo podrían estar disponibles las vacunas.
¿Es necesario que los niños reciban la vacuna COVID-19?
La respuesta corta es sí. Muchos estudios han demostrado que el COVID-19 no es tan severo en niños, especialmente los niños más pequeños – pero eso no significa que los niños no estén en riesgo de infectarse y potencialmente propagar el virus.
Los niños menores de 12 años que contraen COVID-19 tienden a presentar enfermedades leves o ningún síntoma, mientras que los adolescentes parecen tener respuestas a medio camino entre lo que han experimentado los adultos y los niños más pequeños. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades descubrieron que los adolescentes tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados con COVID-19 que niños entre los 5-11.
Los investigadores siguen tratando de entender por qué se observan estas diferencias entre niños mayores y menores. Probablemente, el comportamiento juega un papel importante. Los adolescentes son más propensos a participar en actividades sociales o de grupo, y pueden o no llevar máscaras. Las Diferencias Inmunológicas y los Factores Biológicos también pueden desempeñar un papel. Los coronavirus no SARS-CoV-2 son comunes en niños, a menudo provocando una infección de las vías respiratorias superiores. ¿Su frecuente exposición a otros coronavirus está ayudando a protegerlos de la gravedad del COVID-19? Esa es una hipótesis. Sabemos que la respuesta inmunitaria de los niños más pequeños es, en general, diferente a la de los adultos, y es probable que desempeñe un papel en la protección.
Es importante recordar que, aunque la mayoría de los niños sólo presentan síntomas leves, siguen corriendo riesgos. Al menos 226 niños estadounidenses con COVID-19 han fallecido, y miles han sido hospitalizados.
La clave para minimizar el riesgo es asegurarse de que los niños se vacunen eventualmente, sigan las recomendaciones de sana distancia y usen cubrebocas.
¿Los niños propagan el virus?
En un entorno como el de la escuela, en el que se impone el uso de cubrebocas y la sana distancia, los niños pequeños parecen no propagar mucho el virus cuando se cumplen las normas y directrices. Un estudio del CDC descubrió que hay poca diferencia en casos comunitarios en los condados con escuelas primarias abiertas y en aquellos con enseñanza a distancia.
Si no se toman precauciones, los niños infectados con el coronavirus bien podrían esparcirlo a los adultos. Lo que aún no está claro es la magnitud de ese riesgo.

Para que las escuelas sean lo más seguras posible, será importante mantener las políticas de cubrebocas y sana distancia en toda la escuela. En el caso de los adolescentes en particular, las normas de cubrebocas no pueden depender de si la persona ha sido vacunada o no. Hasta que la inmunidad de rebaño dentro de toda la comunidad esté en un buen nivel, la sana distancia y el uso de cubrebocas va a seguir siendo la recomendación.
Entonces, ¿cuando se podrán vacunar los niños?
En este momento, la vacuna de Pfizer es la única en Estados Unidos autorizada para los adolescentes de 16 años en adelante. Antes de que los menores de 16 años puedan ser vacunados, es necesario completar los ensayos clínicos en miles de jóvenes voluntarios para evaluar la seguridad y eficacia de las vacunas, y los resultados deben ser revisados en su totalidad y luego autorizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos.
Pfizer dijo que espera presentar los resultados de sus ensayos con adolescentes pronto. El fabricante de vacunas Moderna también está realizando ensayos con adolescentes. Si las vacunas demuestran ser seguras y eficaces y los organismos reguladores las autorizan, los niños de 12 años en adelante podrían ser vacunados antes de que empiece el colegio en otoño.
Siendo realistas, es probable que los niños pequeños no puedan recibir la vacuna hasta finales de otoño o, como muy pronto, en invierno. Moderna anunció a mediados de marzo que había empezado a probar su vacuna en niños de 6 meses a 11 años. Pfizer dijo que también está empezando a hacer pruebas en niños pequeños, pero estas toman tiempo.
¿Qué tienen de diferente las vacunas que recibirán los niños?
La composición de las vacunas COVID-19 para niños es la misma que se utiliza en los adultos; la diferencia es que los niños pueden necesitar una dosis diferente.
El primer paso en los ensayos de vacunas es determinar la dosis correcta. Las empresas quieren encontrar la dosis más baja posible que sea segura y produzca un nivel objetivo de anticuerpos. Por ejemplo, Moderna utiliza una dosis de 100 microgramos en adultos. Está probando tres dosis diferentes para niños menores de 2 años -25, 50 y 100 microgramos- y dos dosis para niños mayores de 2 años, de 50 y 100 microgramos.
Una vez que la empresa determine la dosis óptima, pondrá en marcha un ensayo controlado con placebo para comprobar su eficacia, en el que algunos niños recibirán un placebo y otros la vacuna.
Un sistema riguroso para los ensayos de vacunas pediátricas está bien establecido en los Estados Unidos. Estos ensayos son fundamentales para evaluar la seguridad y la eficacia de las vacunas en los niños, que pueden diferir de las de los adultos.
Soy optimista respecto a la posibilidad de disponer de una vacuna segura y eficaz para los niños. Hasta ahora, no ha habido ninguna señal de seguridad en los estudios con adultos o adolescentes que me haya preocupado como pediatra, pero los estudios aún deben realizarse en niños.
¿Cómo pueden los padres organizar reuniones seguras para los niños?
Cuando hablo con los padres, les explico que es una cuestión de riesgo contra beneficio. Cada familia tiene una tolerancia diferente.
Desde el punto de vista médico, la salud mental de los niños y el hecho de que jueguen con otros niños es una parte importante de la infancia.
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Yo diría que el hecho de que los niños no vacunados jueguen dentro de casa sin cubrebocas sigue sin ser una buena idea. El riesgo es demasiado alto en este momento. Cuando el clima se caliente, yo animaría a los niños a jugar al aire libre. Que monten en bicicleta, jueguen y se relacionen, pero que lo hagan de forma segura.
Todos tenemos fatiga pandémica, incluidos los profesionales de la medicina. A medida que el tiempo se vuelve más cálido, creo que todo el mundo quiere volver a la normalidad. Lo peor que podemos hacer, justo cuando empezamos a ver la luz al final del tunel, es volver a caer hacia atrás – porque eso sólo haría que fuera mucho más largo para todos.
Este artículo se actualizó con el anuncio de Pfizer del 31 de marzo.
James B. Wood es profesor adjunto de Pediatría Clínica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana. Escribió este artículo para The Conversation, donde se publicó por primera vez.